Aire Acondicionado: ¿bueno o malo para la salud?

El aire acondicionado no es malo en sí mismo, al contrario, tiene muchos efectos beneficiosos, ya que en días de calor con temperaturas por encima de 30º ayuda a llevar de manera agradable la jornada laboral, el tiempo de descanso y disfrute en casa, en un restaurante, etc.

Cualquier sistema de calidad que esté bien instalado y mantenido está lo suficientemente perfeccionado como para no causar ningún tipo de enfermedad. Sin embargo, si no se utiliza adecuadamente, puede llegar a causar diversos problemas de salud. El mal uso de este sistema puede provocar, principalmente, patologías relacionadas con las vías respiratorias como resfriados, faringitis, laringitis, sequedad nasal, sequedad de garganta, etc.

Bajar en extremo el termostato de los aparatos trae consigo que se esparza un aire helado que reseca el ambiente bajando excesivamente la humedad. Cuando eso se produce, las mucosas de las vías aéreas superiores se ven afectadas por ese resecamiento y debilitan su capacidad de respuesta defensiva. También cuando no se respetan las instrucciones de mantenimiento y limpieza indicadas por el fabricante, los aparatos se ensucian y actúan como un ventilador que esparce por el ambiente bacterias y hongos responsables de infecciones y otros procesos respiratorios.

Por este motivo, te recomendamos tengas en cuenta los siguientes 6 factores a la hora de usar, de forma saludable, el aire acondicionado:

  1. Limpiar periódicamente los filtros de aire del artefacto, y seguir las indicaciones detalladas por el fabricante en lo relativo al mantenimiento del aparato.
  2. Acondicionar los ambientes entre 24º y 26° por una cuestión de confort, salud, y eficiencia energética.
  3. Tratar de mantener los ambientes húmedos, usando la función ventilación de manera alternada.
  4. Evitar cambios bruscos y frecuentes de temperatura (permitiendo al organismo una adaptación gradual).
  5. Orientar las lamas hacia arriba, ya que el aire frío tiende a descender por su mayor densidad, y así evitamos que nos dé directo.
  6. Mantenerse hidratado.

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