Es una enfermedad crónica inflamatoria de los pulmones, prevenible y tratable, que dificulta la respiración debido a la obstrucción de las vías respiratorias por inflamación o exceso de mucosidad. Se asocia con dos enfermedades del pulmón: el enfisema y la bronquitis crónica. En Argentina el 75% de quienes padecen EPOC ignoran su condición ya que sus síntomas recién se manifiestan en un período avanzado.
Si bien los síntomas respiratorios son los más notorios, hoy en día se considera que esta enfermedad tiene un impacto sobre muchos otros órganos. Los pacientes con EPOC tienen mayor tasa de enfermedad cardiovascular, incremento de la osteoporosis con mayor frecuencia de fracturas, aumento de trastornos hematológicos, mayor debilidad muscular, diferentes trastornos metabólicos e incrementada enfermedad neurológica (ACV y Depresión).
El tabaquismo es el principal factor de riesgo afectando especialmente a personas mayores de 40 años. Desarrollan EPOC entre el 15% al 20% de los fumadores según diversos estudios epidemiológicos actuales. Otros factores de riesgo, aunque de menor frecuencia son la contaminación del aire tanto en espacios cerrados como en el exterior, y la inhalación de partículas de polvo y sustancias químicas en el ámbito laboral.
La EPOC se confirma con una sencilla prueba de función pulmonar llamada Espirometría, que consiste en soplar aire de los pulmones en un aparato.
La EPOC no tiene cura, pero su diagnóstico y su tratamiento temprano son importantes para frenar el empeoramiento de los síntomas y reducir el riesgo de que se produzcan exacerbaciones. Hay varias medidas que las personas con EPOC pueden tomar para mejorar su salud en general y ayudar a controlar su enfermedad: