La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica y autoinmune que afecta a la mielina o materia blanca del cerebro y de la médula espinal, provocando la aparición de placas escleróticas que impiden el funcionamiento normal de esas fibras nerviosas.
Es también conocida como la enfermedad de las 1.000 caras y se presenta en diferentes síntomas en cada persona. El hecho de tener una diversidad tan grande de síntomas, dificulta el diagnóstico que se hace a través de diversas pruebas médicas que descartan otras enfermedades.
La etiología de este padecimiento es complejo y se asocia a diferentes factores genéticos y medioambientales, tales como la infección por virus de Epstein-Barr, el tabaco, el déficit de vitamina D o luz ultravioleta.
En general, es una enfermedad de adultos jóvenes, la edad media de aparición es 29-33 años, pero la gama de edades de aparición es muy amplia, aproximadamente desde los 10 a los 59 años; y las mujeres sufren la enfermedad con una frecuencia algo superior a los varones.
Los principales síntomas de la esclerosis múltiple son:
Hasta la fecha no tiene cura, pero una serie de fármacos y recomendaciones ayudan a que su avance sea más lento.