Dice el cantautor argentino, León Gieco, que “la música es una cosa amplia, sin límites, sin fronteras, sin banderas”. La música con su ritmo, armonía y melodía siempre ha acompañado a todas las sociedades a lo largo de su evolución. Y es que la música no deja de ser un lenguaje universal de comunicación entendido por todos, conectando los continentes, superando distancias y culturas, que causa siempre el conocido efecto de acción-reacción, siempre hay una sensación ante una melodía.
La música nos acompaña en todo momento. Mientras estudiamos, trabajamos, mientras vamos en el auto o en la calle caminando, en la reuniones, fiestas…siempre está presente. Lo cierto es que ella tiene influencia directa sobre las emociones y los estados de ánimo de las personas debido a la actividad cerebral que reproduce en las mismas. Ella nos conecta a niveles con los que ninguna otra obra de arte puede hacerlo.
La música inspira, estimula la creación y transformación de nosotros mismos y por las mismas leyes de causa y efecto, el tipo de música que escuchamos nos impulsa hacia un comportamiento o hacia otro. Existen tantos tipos de música como gustos en el mundo. No para todos es relajante el mismo tipo de música. Pero por regla general, tras escucharla nos disponemos de una actitud positiva frente a la vida. Y, éste no es el único beneficio que nos aporta. A continuación te contamos algunos más:
La música es un recurso que podemos utilizar, no sólo para despertar nuestras emociones, sino también para favorecer nuestro aprendizaje y mejorar nuestra memoria. Por lo tanto, disfrutá y sacale provecho al poderoso efecto de la música. Como decía Nietzsche “sin música la vida sería un error”.