Actualmente, llevamos un ritmo de vida frenético en el que se nos exige ser los mejores y se nos enseña a estar siempre atareados para
ser productivos y atender todo tipo de responsabilidades laborales, familiares, de autocuidado, etc.
No hacer nada o tener tiempo para uno mismo parece no ser bueno, no está bien visto aburrirse y la gente rehúye de esta sensación. Por
este motivo vemos sujetos que realizan más de una tarea a la vez o intentan rellenar el tiempo para ser más productivos, ya que de no
hacerlo, se sienten mal por "perder el tiempo".
Esto es una afectación observada en un amplio número de personas, en distintas edades, y que se denomina Síndrome de la Vida Ocupada.
Esta necesidad de actividad constante la vemos en los distintos ámbitos que constituyen la vida del individuo, siendo muy frecuente en el contexto laboral. Los sujetos que lo experimentan trabajan en exceso, muestran una tendencia a realizar más de una tarea a la vez, sin tomarse un momento de descanso.
Se difunde la idea de que aburrirse o estar sin hacer algo es sinónimo de fracaso. El ritmo acelerado que llevamos, queriendo las cosas al
instante, y el hecho de contar con menos horas de las que necesitamos para llegar a todos los objetivos que nos fijamos, no nos deja tener
un tiempo de respiro de dedicación a nosotros, o de simplemente no hacer nada.
Por otro lado, este afán por estar continuamente ocupados y ser productivos es una manera de proteger nuestro ego, de creer necesaria
nuestra actuación y de sentirnos más activos y con mayor vitalidad.
Asimismo, el mantenernos siempre activos ya sea mental o físicamente mantiene ocupada nuestra mente reduciendo así la posibilidad de
pensar en otros aspectos que nos abruman. Si estamos distraídos y centramos nuestra atención en algo externo, en una tarea, eso no nos
permite tener tiempo para dedicar a conocernos o a ser conscientes y enfrentarnos a nuestras preocupaciones. No podemos vivir siempre al
margen de lo que sentimos y desvinculados de nosotros mismos.
Se ha comprobado que los sujetos hiperestimulados y sobreocupados pueden mostrar problemas en algunas de sus funciones cognitivas, afectando principalmente a la capacidad de memoria. La realización de multitareas, de tener la atención en distintos focos, dificulta que podamos codificar, procesar y almacenar bien la información que recibimos del exterior, imposibilitando o complicando su recuerdo. Esta actuación multitarea, de querer hacer más de una cosa a la vez, la vemos con más frecuencia en el ámbito laboral, y contrariamente a nuestro propósito de querer ser más productivos, termina agotándose y generándonos el estado que en psicología se conoce como burnout.
Dado el riesgo que supone y las afectaciones que puede comportar es necesario realizar una intervención para ponerle freno a nuestro exceso de actividad y a nuestra frenética vida. Por este motivo, queremos compartir con ustedes algunas estrategias o técnicas utilizadas para la mejora de nuestro estado, que en sí consistirán en establecernos una rutina sana que nos permita un tiempo de descanso.
¡La desconexión y relajación es necesaria, permítete tiempos de descanso!